CHARLAS DEL SINDICATO

NOS TAPÓ EL AGUA
Sábados 22 a 24
Por ArInfo


LAS CHARLAS DEL SINDICATO


HOY: ACTOS ESCOLARES

Las fechas patrias (25 de Mayo, 9 de Julio) es donde nos inculcan el amor por nuestra Nación. Lo primeros intentos de hacernos entri orgullo de ser argentinos se dan en los famosos actos escolares.

Lo primero que se canta en estos actos es el Himno Nacional Argentino. Todos paraditos tipo rulo de estatua cual blancas palomitas recitando las estrifas de Vicente Lopez y Planes. Siempre me pareció gracioso que estuvieramos serios ante un tema. Por una vez en la vida me gustaria escuchar La Argentinidad al Palo, El Mono Relojero o Jijiji como himno nacional. Estaría muy groso un pogo patrio por el 25 de mayo ¿no?

Nunca entendí las escarapelas. Un símbolo que nadie nota a menos que no lo tengas. ¿Cómo no vas a tener la escarapela? ¿Y? ¿Acaso se va a ofender Belgrano y va a salir de la tumba a castigarnos? Es un pedazo metálico que además pincha como condenado. Siempre te hablan de no lastimar al otro y te dan un objeto punzante ideal para jugarle una broma al compañero de al lado.

Después venía la bandera de ceremonia, la emoción de los padres al ver al nene sosteniendo ese mastil con dificultad (denle una bandera chiquita por dios), el discurso encendido de la director y el aburrimiento de los chicos. Siempre fue muy aburrido. Un momento solemne que nadie de nosotros sentía, como si fuera un acto militar. Apenas se iba nos poníamos a hablar con el otro. Nos faltaba Tula o algo así para hacerlo divertido.

Pero lo que tal vez más recuerdamos de los actos escolares, son las obritas de la maestra. Una buena manera para los más grandes de reirse de nosotros. Te quedabas parado, disfrazado de cualquier cosa, meintras toda tu familia estaba atento a esos dos párrafos que justo no te acordabas y mirás a la maestra como pidiendo que te saquen de ahí.

La chica vestida de señora importante. Ese arco de metal que raspaba todo, los peinados preparados, el abaníco de la bisabuela que se rompía. Además era muy gracioso lo que les costaba a las chicas moverse con semejante armazón. Cuando se caían, y se caían, parecían un gran barril rodando.

Los vendedores, el negrito que vendía alegre las empanadas (alegre si no lo golpeaban ¿no?). Siempre te poinían ese corcho qeumado que te raspaba la cara. Me rebelé a él y mi madre me colocó una especie de pintura que amnchaba todo. Los tarjes de mis compañeros, el decorado. Para colmo pelo rubio con cara embarrada de pintura. Parecía el Guasón en versión negra. Una verguenza.

No seremos patriotas, no tendremos la bandera de Radio 10, no seremos Sarmiento ni Belgrano pero somos argentinos hasta la médula. NOS TAPO EL AGUA. Argentina Pura para todo el mundo por ArInfo.